Buscar

lunes, 26 de diciembre de 2011

Irak camina con su propio impulso

Con la entrega a las autoridades iraquíes de Camp Victory, la joya de la corona de los "compounds" americanos, y del segundo en importancia Camp Balade, se está culminando el relevo final de Estados Unidos en el país mesopotámico. A partir del 1 de enero del 2012 Irak estará solo en la conducción de sus objetivos como nación después de 8 años de grandes dificultades y sufrimientos que desgraciadamente no han desaparecido.

La presencia militar americana, tal y como contemplaban los acuerdos de transición de noviembre del 2009, suscritos todavía por el entonces presidente Bush y ratificados por Obama, está llegando a su fin con gran precisión, cumpliéndose así también el deseo del Parlamento iraquí de no prolongar la presencia norteamericana en el país mesopotámico, litigio que ha permanecido sin solución durante el último año.

Los antecedentes históricos

Nada más entrar en Bagdad, los marines amarraron el extremo de una soga a la estatua de Sadam Husein en la bagdadí plaza del Paraíso y el otro extremo a un tanque. Ese hecho tan simple como simbólico fue uno de los primeros en el eslabón de decisiones que han causado efectos catastróficos en Irak a partir de aquel 9 de abril de 2003.

De entrada, permitieron que el caos se apoderase de Bagdad. Durante tres días, los palacios de Sadam fueron saqueados... todo pasaba ante la mirada indulgente de los soldados estadounidenses, que tal vez pretendían granjearse de esa forma el calor del pueblo. Las calles quedaron en manos de los violentos.

El 1 de mayo de 2003, el presidente George W. Bush declaró el fin de las operaciones militares. Prosiguieron varios años más. Y lo peor estaba por llegar.

El 14 de diciembre, poco después del mediodía, los tiros al aire empezaron a oírse en Bagdad. Tres horas después, se anunciaba la captura de Sadam Husein. La enorme alegría que mostraban chiíes y kurdos chocaba con las caras largas de otros iraquíes, al menos en Bagdad y en las zonas de población suní, en el centro de Irak.

El 5 de noviembre de 2006 Saddam Husein fue hallado culpable por su papel en el asesinato de 148 personas en el pueblo de Dujail, predominantemente chiíta, en 1982, y fue ejecutado en la horca a los 69 años, con lo que se ha cumplido la condena a muerte que pesaba sobre él.

Ese mismo año, después de la voladura de una importante mezquita chií en la ciudad de Samarra, se desató una cruenta guerra civil entre chiíes y suníes.

datos del campo de guerra

Durante el conflicto han perdido la vida más de 100.000 civiles y han muerto en combate 4.800 soldados de la coalición (de ellos, casi 4.500 norteamericanos) y más de 20.000 soldados iraquíes. El país, sin embargo, aunque tiene que hacer frente a una insurgencia más débil pero todavía peligrosa, tensiones sectarias e inestabilidad política.

A la pregunta de qué huella han dejado los estadounidenses, la mayoría de los iraquíes responden con una mirada de perplejidad. La inseguridad y la destrucción del paisaje urbano son lo primero que les viene a la mente.

Aunque la economía ha experimentado un rápido despegue, es totalmente dependiente de las exportaciones de petróleo. Un reciente informe de la ONU cifra en un 15 por ciento el número de parados. Sin embargo, analistas independientes duplican esa cifra, al estimar que esconde mucho subempleo.

Ni funcionarios iraquíes ni diplomáticos extranjeros son capaces de explicar por qué tras nueve años de ocupación el país aún no produce ni suficiente electricidad ni agua potable.

Los iraquíes sueñan con la normalidad y la retirada de las tropas estadounidenses es un primer paso en esa dirección. Sin embargo, para muchos el odio a los ocupantes está siendo reemplazado por un creciente temor a la arbitrariedad de sus propios compatriotas. De ahí que entre quienes más lamentan su salida se encuentren los árabes suníes, la comunidad que más se opuso a su presencia, pero también otras minorías.

Después de este 31 de diciembre, solo quedarán unos 150 soldados norteamericanos.

El presidente norteamericano, Barack Obama aseguró al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que Washington seguirá siendo un socio leal tras el fin de la misión. En el punto álgido de la guerra, había unos 170.000 soldados estadounidenses en Irak repartidos en más de 500 bases. Ahora sólo hay dos bases y 4.000 militares que regresarán a su país antes de que finalice 2011. Después del 31 de diciembre sólo quedarán unos 150 soldados norteamericanos, y serán contratistas civiles los que se encarguen de enseñar a las fuerzas iraquíes a usar el armamento pesado.

panorama Actual

Los últimos 4.000 soldados estadounidenses que aun están en Irak dejarán este país este 31 de diciembre, en base a un acuerdo entre Washington y Bagdad del 2008.

El ejército norteamericano dejará un Irak todavía envuelto en la violencia política e interconfesional, con ataques casi cotidianos. Irak continuará teniendo en Estados Unidos a "un amigo y un socio".

retirada de tropas y ahora qué...

El desempleo es, junto a la inseguridad y la falta de electricidad y agua potable, el mayor agujero negro que dejan tras de sí los ocupantes. Al menos, lo que más afecta a los iraquíes de a pie. Aunque la economía ha experimentado un rápido despegue, es totalmente dependiente de las exportaciones de petróleo. Un reciente informe de la ONU cifra en un 15 por ciento el número de parados. Sin embargo, analistas independientes duplican esa cifra, al estimar que esconde mucho subempleo. Además, el 85 por ciento de la población activa trabaja en el sector público, repartida un 40 por ciento en la industria del petróleo, un 40 por ciento en la seguridad, y el 5 por ciento restante en la Administración.

Ni funcionarios iraquíes ni diplomáticos extranjeros son capaces de explicar por qué tras los años de ocupación el país aún no produce ni suficiente electricidad ni agua potable.

Los iraquíes sueñan con la normalidad y la retirada de las tropas estadounidenses es un primer paso en esa dirección. Sin embargo, para muchos el odio a los ocupantes está siendo reemplazado por un creciente temor a la arbitrariedad de sus propios compatriotas. Después del 31 de diciembre, solo quedarán unos 150 soldados norteamericanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario