Cientos de miles de manifestantes colmaron ayer diversas ciudades de Siria en enormes protestas contra el régimen, en una jornada en que 21 personas murieron en diversos enfrentamientos.
Las movilizaciones destacan la capacidad de resistencia de los manifestantes ante las acciones implacables de represión que ha emprendido el presidente Bashar el Assad.
Más de 1.400 personas, en su mayoría manifestantes desarmados, han muerto en las movilizaciones desde que éstas comenzaron a mediados de marzo, dijeron grupos defensores de los derechos humanos.
El régimen rechaza esa cifra y atribuye a "rufianes armados" y conspiradores extranjeros la agitación que ha supuesto el desafío más serio a la dinastía de la familia Assad, la cual ha gobernado Siria durante 40 años.
El activista por los derechos humanos Mustafá Osso dijo desde Siria que grandes multitudes salieron a las calles al término de las oraciones del mediodía en diversos lugares cerca del país.
Una de las mayores movilizaciones tuvo lugar en la ciudad de Hama, en el centro del país, donde unas 200 mil personas salieron a las calles, dijo Omar Idilbi, portavoz del organismo Comités Locales de Coordinación. Sin embargo, la televisión estatal difundió imágenes de manifestantes progubernamentales que portaban banderas sirias y retratos de Assad.
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