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viernes, 1 de julio de 2011

Histórica marcha pide a Piñera reforma estudiantil

Decenas de miles de estudiantes y docentes protagonizaron ayer otra contundente protesta frente al Palacio de La Moneda, sede del gobierno de Chile, en reclamo de una reforma a la educación pública. Al finalizar la jornada, una veintena de parlamentarios opositores pidió la renuncia del ministro de Educación, Joaquín Lavín, a quien acusan de desconocer la magnitud de la crisis.

Según diferentes fuentes se calcula que participaron entre 100.000 y 300.000 mil estudiantes y trabajadores en todo el país, y fue calificada como la mayor marcha desde la dictadura. La movilización de la capital chilena desbordó la Alameda de Santiago, pese a la helada jornada.

Protestas similares ocurrieron en Iquique, Arica, Antofagasta, Valparaíso, La Serena, Concepción y Valdivia, entre otras ciudades.

Los estudiantes ‑—que agudizaron las protestas hace tres semanas y mantienen ocupados unos 200 colegios y una treintena de universidades— tienen en jaque al gobierno de Sebastián Piñera, cuyo apoyo bajó a 36 por ciento, según los últimos sondeos conocidos.

“Queremos que el gobierno entienda que esto es un movimiento político, que lo que estamos peleando es una mejor educación”, subrayó la titular de la Federación de Estudiantes Chilenos (FECH), Camila Vallejo, quien resaltó además la maduración que tuvo el sector. Vallejo respondió de ese modo a la reiterada descalificación del Gobierno que calificó a las movilizaciones de demasiado “politizadas” o “ideologizadas”.

Los universitarios piden concretamente la revisión de una política de créditos privados para el financiamiento de las carreras, que está vigente, con intereses de mercado y que hace que al final de sus estudios acumulen una deuda similar a la de una hipoteca. Piñera eludió entrar al fondo de las demandas, pero sí pidió un compromiso a todas las partes. “Si queremos mejorar la educación tenemos que hacerlo en forma educada, reflexiva y responsable”, expresó.

“Mejorar la calidad de la educación es un imperativo moral. No va a ser fácil, va a requerir muchos recursos. El Gobierno va a portar esos recursos, pero también va a requerir que los estudiantes estudien más y mejor, que los profesores enseñen más y mejor, que las familias se comprometan” agregó el mandatario, que hasta ahora no se había pronunciado sobre el conflicto educacional.

La jornada de protestas estuvo encabezada por la Confederación de Estudiantes de Chile y el Colegio de Profesores, y se adhirieron a ella la Central Unitaria de Trabajadores, partidos de izquierda, parlamentarios de la oposición y organizaciones de derechos humanos.


El Consejo de Rectores de Chile apoya los reclamos

La desaprobación del Consejo de Rectores de Chile a la propuesta del gobierno para la educación superior fue evaluada como un claro apoyo al movimiento ciudadano en defensa de la enseñanza pública.

A sólo horas del paro nacional de este jueves, el vicepresidente del Consejo y rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, informó que las máximas autoridades académicas no se adherirían al documento gubernamental por considerarlo insuficiente.

Pérez alegó que dicho texto no toma en cuenta las demandas que han sido puestas sobre la mesa por los planteles estatales y tradicionales, y se desentiende del petitorio de los estudiantes. Los rectores atendieron al llamado de la Confederación de Estudiantes de Chile y “estuvieron a la altura del momento histórico”, destacó hoy la líder universitaria Camila Vallejo.

A juicio del investigador local Jesús Redondo, la educación superior chilena es única en el mundo dado que se ha dejado enteramente en manos de las familias, las que se endeudan escandalosamente.

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