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jueves, 21 de junio de 2012

Paraguay podría quedarse sin presidente el viernes

Este viernes podría ser el último día de Fernando Lugo como presidente de Paraguay.

El Senado aprobó el cronograma del juicio político que inició al mandatario la Cámara de Diputados, el cual prevé una sentencia resolutoria para las 1630 hora local.

De ser desfavorable para Lugo, según la constitución deberá dejar la presidencia y entregarle el puesto a su vicepresidente.

Los senadores, quienes serán los jueces del juicio político, asignaron a un grupo de diputados de oposición como parte acusadora y otorgarán a Lugo dos horas para defenderse de las acusaciones en su contra.

Los parlamentarios de la Cámara de Diputados lo señalan de ser el responsable político de la muerte de 17 personas el viernes pasado en un enfrentamiento entre campesinos sin tierra y policías que los intentaban desalojar, en una zona del este del país.

Tanto el ministro del Interior como el jefe de la policía renunciaron a sus cargos por lo que se ha convertido en una crisis política, y el mandatario además inició una investigación para determinar responsabilidades.

Sin embargo, la propia crisis alcanzó ahora a Lugo de lleno y su propia permanencia está en duda.

Mirada externa

La solicitud de juicio político que comenzó se aprobó este jueves en la Cámara de Diputados contó con 76 votos a favor y sólo uno en contra (el del ex ministro del Interior que había renunciado).

La moción no sólo fue aprobada por los partidos opositores de centro derecha, si no que también incluyó a exaliados de Lugo que se deslindaron de seguir apoyando al presidente paraguayo.

Una misión de cancilleres de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) estará presente en el juicio político a Lugo, con el objetivo de garantizar que se sigan las reglas del orden democrático.

El secretario general de Unasur, el venezolano Alí Rodríguez Araque, indicó en declaraciones a los medios que se respetarían las "decisiones del país (Paraguay) porque son decisiones de carácter soberano".

Aunque advirtió que "una vez que concluyan los procesos emitiremos una opinión, mientras tanto sería precipitado hacerlo".

Por su parte en declaraciones difundidas por la cadena Telesur, los presidentes de Colombia y Ecuador adelantaron sus pareceres.

"Defendemos la democracia, los principios democráticos y la voluntad soberana, y esa posición es fija, concreta y no negociable", aseveró Juan Manuel Santos.

En tanto que Rafael Correa dijo que "la media de juicio político es legal", pero calificó de "ilegítimo" el trasfondo político.

Precedentes

Una situación semejante no se había visto en Paraguay en casi un siglo.

En 1999 legisladores paraguayos anunciaron que buscarían un juicio político contra el recién electo presidente Raúl Cubas Grau, por presunta corrupción y alguna responsabilidad en el asesinato de su vicepresidente.

Pero el juicio no llegó a iniciarse ya que Cubas Grau renunció a la primera magistratura y se asiló en Brasil.

El último juicio presidencial en Paraguay que sí se inició se remonta a 1932, cuando al entonces mandatario José Patricio Guggiari se le enjuició por su presunta responsabilidad en la represión de manifestantes frente al palacio presidencial el año anterior.

Guggiari dejó el cargo en manos de su vicepresidente, un procedimiento que aún dispone la constitución del país en estos casos, y se sometió al tribunal de los senadores.

El resultado fue la absolución de los cargos y con ello retomó su puesto y gobernó hasta mediados de 1932.

En el caso de Lugo pareciera poco probable que el Senado lo exonere de culpas ya que la oposición controla la mayoría de los escaños de la Cámara Alta.

"Lo que se viene es un período de gran incertidumbre e inestabilidad en el país, al menos hasta las elecciones presidenciales previstas en abril próximo", señaló a BBC Mundo el analista político y periodista Eduardo Arce.

"Es una sorpresa desagradable para un país que está viviendo un momento de recuperación económica histórica y que ha venido enfrentando sus peores problemas, como la pobreza y la desigualdad", señaló a BBC Brasil Alfredo Boccia, analista político y médico y amigo de Lugo.

"Hay una conmoción con lo que ocurre, nadie se esperaba algo así", apuntó.

El mandatario paraguayo descartó este jueves que fuese a renunciar a su puesto de cara al juicio político que enfrenta.

"La voluntad popular expresada en las urnas en abril de 2008 está siendo objeto de ataques por sectores que siempre estuvieron en contra de las reformas y se oponen a que el pueblo pueda ser protagonista de su democracia", dijo el mandatario ante los medios en su país.

Su elección hace cuatro años convirtió a Lugo en el primer presidente en Paraguay que rompe la hegemonía de seis décadas del conservador Partido Colorado, en un período que incluye los 35 años del gobierno militar de Alfredo Stroessner.

El también ex obispo católico llegó al poder prometiendo profundas reformas para atender la pobreza y desigualdad, pero se estima que registró cierto desencanto con sus propios seguidores al no profundizar una reforma agraria en el país.

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