La simbólica plaza cairota de Tahrir vivió ayer una jornada tensa marcada por las protestas tras los choques ocurridos entre el Ejército y los manifestantes, que se saldaron con un muerto y 71 heridos.
Miles de personas tomaron desde primera hora de la mañana esta plaza en desafío a las Fuerzas Armadas y para demandar que el expresidente egipcio Hosni Mubarak y otros exdirigentes sean juzgados.
A pesar de los sucesos violentos, muchos egipcios no dudaron en congregarse en Tahrir para reivindicar también la formación de un consejo presidencial que dirija el país hasta la celebración de elecciones.
Tahrir presentó una imagen que recordaba al inicio de la revolución del 25 de enero, con los accesos cortados, el pavimento destrozado y varios vehículos calcinados, que evidenciaban la violencia.
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