Militantes británicos, españoles, suecos, daneses, noruegos, holandeses y belgas cansados de la etiqueta de súbditos de Su Majestad e indignados por el elevado costo de la realeza para el contribuyente le dieron la espalda a la mediatizada boda real inglesa del príncipe Guillermo y Kate Middleton.
La noche de la boda, el 29 de abril, se reunieron en una velada titulada “Ama la República”, organizada por Republic, la principal organización británica que aboga por la abolición de la monarquía, refleja el diario vasco Deia en su edición digital.
El programa incluyó debates políticos y venta de souvenirs, antimonárquicos, por supuesto, como unas tazas que proclaman “No soy una taza de boda real”, en oposición a la profusión de artículos a la gloria de los contrayentes.
“La mayoría de los británicos no están realmente interesados por la familia real o por la monarquía”, aseguró Graham Smith, el portavoz de Republic.
“En estos grandes acontecimientos, la gente piensa. Eso nos da publicidad”, explicó a la agencia de noticias AFP.
La prueba, afirmó, es que el número de afiliados a Republic pasó de 8.000 a más de 14.000 desde el anuncio, el 16 de noviembre, del compromiso del príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono, tras su padre, el príncipe Carlos, en la casa real inglesa representada por la familia Windsor.
“No a los reyes”
Suecia vivió un fenómeno parecido en 2010 con motivo de la boda de la princesa heredera Victoria con su ex preparador físico Daniel Westling.
El número de afiliados al movimiento republicano en ese país se duplicó -de 3.500 a 7.000-, según una de sus miembros, Helena Tolvhed.
Tras la boda de Victoria, colectivos cívicos antimonárquicos de siete países fundaron la Alianza de movimientos republicanos europeos. “Mucha gente se pregunta por qué los estados democráticos deben mantener a las familias reales y cubrir sus gastos”, dice Helena Tolvhed.
El bando republicano tiene, sin embargo, dificultades para hacer oír la voz de “la oposición en medio de todo el bombo en torno a la parafernalia real”.
Republic, que denunció una medida discriminatoria en el Reino Unido, donde, de acuerdo a un sondeo el 37% de la población reaccionó con indiferencia ante la boda real, espera que el movimiento se consolide para “que Europa coloque a los reyes en el baúl de la historia y progrese hacia repúblicas democráticas donde nadie esté por encima por obra y gracia de Dios”, opina Joan Solera, miembro de un grupo activista antimonárquico catalán llamado “Prou rei”.
De momento, Republic encara un ambicioso proyecto. Su principal objetivo consiste en que el Parlamento británico considere la convocatoria a un referéndum sobre abolición de la monarquía antes de 2025. “Lo intentaremos”, dijo Graham Smith.
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