Un grupo bipartidista de ocho senadores estadounidenses, mitad demócratas y mitad republicanos, alcanzó un borrador de acuerdo para promover una reforma migratoria que incluiría un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados que viven en el país, así como mayores controles en las fronteras, reportaron ayer medios locales en la capital de EEUU.
Tras más de un decenio de enfrentamientos y polémicas, el Congreso parece dispuesto a aprobar una reforma que permitiría regularizar su posición a quien ya se encuentra en Estados Unidos de forma ilegal.
De acuerdo a datos de la oficina censal, en Estados Unidos viven 11 millones de indocumentados de origen latinoamericano.
El borrador, revelado por primera vez por la página web Politico.com, fue elaborado por ocho “pesos pesados” del Senado: Charles Schumer, Michael Bennet, Robert Menéndez y Dick Durbin, por el partido Demócrata, y Marco Rubio, de origen cubano, John McCain, ex candidato a la presidencia de EEUU, Lindsey Graham y Jeff Flake, por el partido Republicano.
Además de dar un camino a la ciudadanía, el proyecto apuesta por un reforzamiento de la seguridad en las fronteras y mayores controles de quien, con el visado vencido, debe dejar el país.
Para muchos el acuerdo representa el esfuerzo más serio por llegar a una reforma global del tema migratorio desde 2007, cuando el Congreso votó en contra de un texto muy similar, propuesto por George W. Bush, que retomaba las ideas fraguadas por el mismo McCain y el senador demócrata Ted Kennedy.
Aunque aún se debe entrar en el detalle y negociar los aspectos más delicados del plan, muchos creen que ahora será diferente y que las posibilidades de éxito son definitivamente mayores.
Los republicanos recibieron un duro varapalo en las últimas elecciones de noviembre, donde cosecharon un resultado desastroso entre los votantes latinos.
El voto latino tiene cada vez más impacto en las elecciones de este país, y en la última cita electoral más del 70% de los hispanos se decantó por el partido Demócrata. Ello llevó a los republicanos a replantear su posición.
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