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martes, 3 de mayo de 2011

El País: Ataque del S-11 se coordinó en España

Ramzi bin al Shinbh, coordinador del atentado del 11-S y preso en Guantánamo, mantuvo en Reus (Tarragona) la última reunión preparatoria del ataque con Mohamed Atta, el jefe de los pilotos suicidas, según sostiene la ficha personal que sobre él elaboraron los militares norteamericanos que dirigen el penal de Guantánamo a la que ha tenido acceso El País. Bin al Shinbh asume la importancia de este último encuentro y asegura que no recibió ayuda de yihadistas residentes en territorio español.

El expediente del yemení, incluido por Estados Unidos entre los presos más valiosos y peligrosos de la prisión, es uno de los más extensos y recoge con detalle sus encuentros con Osama bin Laden y con Jalid Sheij Mohamed, el auténtico cerebro del atentado que golpeó el corazón del país más poderoso del planeta y causó casi 3.000 muertos. Mandos españoles de la lucha antiterrorista dudan de la versión de Bin al Shinbh recogida en los papeles de Guantánamo y aseguran que durante su reunión con el egipcio Atta, en julio de 2001, recibieron infraestructura para celebrar el encuentro. Atta llegó a Madrid procedente de Miami (Florida), durmió una noche en el hotel Diana Cazadora de Barajas, alquiló un coche y viajó hasta Salou, donde se encontró con Bin al Shinbh, que había llegado hasta Reus en un vuelo procedente de Hamburgo. Dejaron su rastro en varios hoteles de la costa española, donde reservaron habitaciones a su nombre, pero sigue siendo un misterio dónde durmieron durante varias noches. Un espacio en blanco que nadie ha logrado resolver.

Investigaciones de la Guardia Civil apuntan a que Mohamed Belfatmi, un salafista residente en la zona, les prestó su vivienda para que mantuvieran su reunión en la intimidad. La pista de Belfatmi se agrandó cuando después del 11-S se descubrió que en agosto de ese año, semanas antes del atentado, este inmigrante y trabajador de la construcción había tomado el mismo vuelo que varios compañeros de piso de Bin al Shinbh en Hamburgo que viajaron a Pakistán para desaparecer antes del denominado “bendito ataque” contra EE UU. Y que había dormido en la habitación contigua de estos últimos en un hotel de Karachi. Atta y Bin al Shinbh consiguieron también pasaportes falsos facilitados por un falsificador argelino residente en Murcia, al que supuestamente visitaron, según el estudio kilométrico del coche alquilado por el egipcio y jefe de los suicidas.

Bin al Shinbh no cita, según el relato de su expediente penitenciario, ni al sospechoso Belfatmi, que sigue desaparecido, ni al falsificador, pero sí reconoce que en aquel encuentro Atta le confesó los objetivos del ataque y otros datos relevantes del atentado.


Conexiones del terrorismo

El yemení Ramzi bin al Shinbh, según su expediente penitenciario, relata cómo el 5 de septiembre de 2001, seis días antes del 11-S, volvió a viajar desde Hamburgo a Madrid y se alojó en un hotel de la calle de Carretas, junto a la Puerta del Sol. El día 7 tomó un vuelo en el aeropuerto de Barajas rumbo a Pakistán y con escala en Dubái. Desde Madrid el único hombre del comando terrorista en Europa que sabía lo que iba a ocurrir telefoneó por última vez a Atta para despedirse. El yemení no explica por qué regresó a Madrid en esas fechas tan claves, ni la causa por la que eligió la capital española para viajar hacia Pakistán, ni quién le ayudó a obtener un carnet de estudiante con el que compró billetes más económicos. Los investigadores españoles creen que salafistas residentes en España facilitaron esta infraestructura de apoyo, aunque ignoraran que se preparaba el mayor ataque contra EEUU desde Pearl Harbour, el ataque japonés de 1941.

El expediente de evaluación de Jalid Sheij Mohamed, el cerebro del 11-S, recoge también un dato revelador de otra conexión española con la cúpula de Al Qaeda

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