Nació en Riad (Arabia Saudí) en 1957, dentro de una familia de humilde origen yemení que había acumulado inmensas cantidades de dinero gracias a la construcción. Dicen que su padre, analfabeto, fue un genio del cálculo y la ingeniería. De su padre recibió la herencia genética, el apellido y poco más, porque se divorció de su madre al poco de nacer él. Circula el rumor de que fue hijo ilegítimo. En cualquier caso, además de ser sólo uno entre más de 50 hermanos y hermanastros, Bin Laden fue educado en Jedah por su madre, de origen sirio, y su padrastro, ejecutivo del grupo Bin Laden.
Siguió la tradición de los musulmanes píos y se casó muy joven, a los 17 años, con una mujer de 14: era la forma de evitar pecados carnales. Estudió gestión empresarial, sin llegar a licenciarse, en la Universidad Rey Abdelaziz, que eligió frente a otras más prestigiosas del extranjero para poder permanecer en Arabia Saudí y cerca de su madre.
El punto de inflexión en su vida llegó en 1979, con la invasión de Afganistán por la Unión Soviética. El palestino Abdulá Azzam (1941-1989), un teórico de la yihad (guerra santa) que había sido su profesor, le convenció para que se uniera a un grupo de muyahidin, o guerreros santos, y luchara contra los infieles comunistas en territorio afgano. Con el tiempo, Osama bin Laden se aficionó a relatar sus grandes hazañas bélicas y su calma sobrenatural ante el peligro. En Afganistán se destacó como financiador y administrador.
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