En un mundo tecnológico donde casi cualquiera puede permitirse un teléfono con conexión a internet, la decisión de Osama bin Laden de prescindir de herramientas de comunicación en su mansión, ayudó a traicionarlo.
A pesar de que durante años se especuló que el líder de Al Qaeda podría estar viviendo en rústicas condiciones en la frontera entre Afganistán y Pakistán, resultó que vivía en una acomodada villa de una ciudad cuartel al norte de la capital de Pakistán, Islamabad
Pero la mansión en Abbottabad no tenía teléfono ni servicio de internet, según funcionarios norteamericanos, presumiblemente porque así Bin Laden pretendía evitar que lo detectaran a través de espionaje electrónico.
La guarida, localizada en agosto del 2010, ocupa un terreno ocho veces más grande que las otras residencias del barrio y posee medidas de seguridad extraordinarias, con muros de más de cinco metros con alambres de púas y dos entradas reforzadas.
Un grupo de 20 soldados especialistas, conocidos como Navy Seals, de Estados Unidos descendieron de helicópteros en la noche del domingo al lunes y entraron a la mansión de Osama bin Laden en Abbottabad, a unos 80 kilómetros de Islamabad, la capital afgana. La operación “quirúrgica” se desarrolló en 40 minutos.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos consiguió identificar al mensajero personal de Bin Laden cuatro años atrás, señaló un funcionario estadounidense.
En febrero del 2011, los servicios de inteligencia estaban convencidos de que habían encontrado al líder de Al Qaeda y comenzaron los preparativos de la operación, que Estados Unidos ejecutó sin advertir a las autoridades paquistaníes.
Un alto responsable de la administración Obama justificó la violación de la soberanía de Pakistán por la “obligación legal y moral de actuar”.
INTERNET. La operación fue relatada en Twitter por Sohaib Athar, “@ReallyVirtual”. Empezó quejándose de helicópteros que sobrevolaban la zona causándole molestias inusuales a primera hora de la madrugada. Es seguido por un millón de personas.
Durante 10 años fue perseguido
agencias n Osama bin Laden, de 54 años, nació en la élite saudí y murió como el terrorista más buscado del mundo, un huidizo blanco que, desde la sombra, tuvo en jaque durante más de una década a Estados Unidos y al mundo.
Nacido en el seno de una adinerada familia saudí, el joven Bin Laden forjó su violenta obsesión por la identidad musulmana en los años 80, durante la invasión soviética en Afganistán. Expertos en temas de inteligencia cosideran que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos desempeñó un papel activo en armar y entrenar a los muyahidines, incluyendo a Bin Laden, según informó BBC.
Afganistán se convertiría en su nuevo hogar la década siguiente, cuando rompió relaciones con su familia y la monarquía saudí por su apoyo a EEUU durante la Guerra del Golfo. Abandonó Arabia Saudí con la promesa de luchar por un “verdadero” Estado islámico allí. Después de cinco años en Sudán, el líder terrorista volvió a Afganistán, donde apoyó durante cinco años —entre 1996 y 2001— a la milicia talibán que acababa de conquistar Kabul.
Rodeado siempre de su grupo de leales, los Muyahidin Jalq (Combatientes del Pueblo), Bin Laden fue acusado de haber financiado campos de entrenamiento de terroristas en Afganistán, Sudán y Pakistán, y relacionado con grupos integristas como la Jihad Islámica o Hizbulá. Estados Unidos lo identificó como una amenaza a mediados de los 90.
Entre los atentados que se le han atribuido se encuentran los del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York, que causaron 3.000 muertos, que Bin Laden no reconoció hasta cinco años después. Sus últimas imágenes son de septiembre del 2007.
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