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martes, 3 de mayo de 2011

Un millonario tuvo en jaque a Estados Unidos

Sin pisar suelo estadounidense, el líder de Al Qaeda se convirtió en uno de los grandes actores de su política; para Washington fue el rostro del mal, un villano al que persiguió por más de una década. Ésta es la historia del saudita de clase alta que se convirtió en cabeza de la organización más extremista.

EFE, BBC Mundo y El País.- Osama bin Laden, abatido el domingo en un operativo estadounidense en Pakistán, nació en la élite saudí y murió como el terrorista más buscado del mundo, un huidizo blanco que, desde la sombra, tuvo en jaque durante una década a Estados Unidos y al mundo.

Nació en 1957 y aparentemente era el decimoséptimo de 52 hijos del yemení Mohamed Bin Laden, un constructor multimillonario.

Su madre era siria. Creció en una familia privilegiada y rica. Fotografías de vacaciones lo muestran vestido a la moda en Europa.

Muyahidín. Bin Laden renunció a su vida de rico saudita al sumarse al islamismo radical. Mientras estudiaba ingeniería civil en la Universidad Rey Abdul Aziz, en la ciudad saudita de Jeddah, Bin Laden entró en contacto con profesores y estudiantes de la rama más conservadora del islam y formó parte de los Hermanos Musulmanes.

A través del estudio y del debate teológico, abrazó el fundamentalismo como un baluarte contra lo que consideraba la decadencia de Occidente. Pero fue la invasión de la Unión Soviética a Afganistán, en 1979, lo que cambió su vida.

Bin Laden abandonó su cómodo pasar, tomó las armas y se unió a los muyahidines contra el comunismo. En esa época abrió una casa de huéspedes en Pakistán para acoger a los viajeros que se unieron después a la resistencia. Así surgió Al Qaeda.

Radicalización. En 1991, fue expulsado de su propio país, por presión de Washington. Tras dejar Arab ia Saudita, pasó los siguientes cinco años en Sudán, de donde también fue echado. Fue así que retornó a Afganistán. En esta nación sus posturas se radicalizaron.

A mediados de la década de 1990, llamó a luchar contra los estadounidenses y los judíos. En 1998 declaró la guerra a Washington.

ATENTADOS. En 1998 se produjeron los ataques a las embajadas estadounidenses de Kenia y Tanzania, donde murieron más de 200 personas y miles resultaron heridas.

Pronto fue incluido en la lista de los "más buscados" del FBI. También se lo declaró responsable del atentado contra el buque norteamericano Cole en Yemen y de los ataques en Bali e Indonesia, Marruecos, Riad, Estambul y, desde luego, los ataques en Nueva York, el Pentágono y Pensilvania, en 2001.

Las autoridades estadounidenses nunca dejaron de buscarlo. Capturar o acabar con la vida de su peor enemigo en ningún momento dejó de ser una prioridad. La confirmación

Prueba: Un funcionario del Gobierno estadounidense aseguró que los militares de su país tomaron una prueba de ADN del cadáver de su enemigo.

Comparación: La información genética fue comparada con los registros de una hermana del líder terrorista, quien murió de cáncer en Estados Unidos.

Entierro: Los soldados que acabaron con su vida echaron el cuerpo sin vida del jefe de Al Qaeda al mar. No quieren un santuario del terrorismo.

Evaluación: La administración Obama evalúa cuándo presentará públicamente las fotografías de los restos del terrorista Osama bin Laden.

Sucesor: El egipcio Ayman Al Zawahiri, de 60 años, se perfila como el sucesor de Bin Laden al frente de la organización islámica Al Qaeda.

Perfil: Al Zawahiri es cirujano de profesión, procede de una familia de clase media y desde hace dos años se convirtió en la mano derecha de Bin Laden.

El mayor ataque terrorista

Agencias. El 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos sufrió el mayor ataque terrorista de su historia. Al menos 3.000 personas murieron víctimas de un hecho sin precedentes. Las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, de más de 400 metros altura, quedaron reducidas a escombros. En Washington, un ala del Pentágono (Ministerio de Defensa de EEUU) quedó destruida. Cuatro aviones con sus pasajeros a bordo fueron utilizados como bombas volantes.

Para Estados Unidos, estos ataques marcaron un antes y un después en su política exterior y el inicio de una "guerra contra el terror" dirigida, en gran medida, a encontrar y acabar con Osama bin Laden. El líder de Al Qaeda, en cambio, aunque tardó menos de un mes en alabar los atentados del 11-S, no reconoció oficialmente su autoría hasta mayo de 2006, cuando dijo que él mismo había encargado "a los 19 hermanos" la misión suicida.

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