Luego del primer debate presidencial en México, en que el favorito logró atajar ataques y responder con otras críticas a sus rivales, la pregunta es si las preferencias electorales se mantendrán a su favor a poco menos de dos meses de los comicios de julio.
El candidato del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) Enrique Peña Nieto, que va en primer lugar en las encuestas, tuvo en el debate un desempeño mejor de lo que se esperaba y a un día del debate parece mantenerse al frente en la contienda, según analistas.
México fue escenario, la noche del domingo, del primero de dos debates televisivos entre los cuatro candidatos presidenciales, en el que Peña Nieto fue el blanco preferido de los embates de la oficialista Josefina Vázquez Mota y el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, ubicados en la segunda y tercera posición según varios sondeos.
El cuarto candidato, Gabriel Quadri, del partido minoritario Nueva Alianza, se marginó del cruce de ataques y se dedicó a presentar sus propuestas, lo que para algunos le podría valer algunos puntos a su favor. Hasta ahora, sin embargo, tiene una intención de voto de escaso un punto porcentual.
El analista político José Antonio Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, dijo que Peña Nieto "se vio mejor de lo que mucha gente esperaba".
Pero para Enrique Gutiérrez, académico de la Universidad Iberoamericana, si bien es cierto que el candidato del PRI "sigue posicionado en ese primer lugar, habrá que ver de aquí al cierre de las elecciones si Josefina Vázquez Mota y si el propio Andrés Manuel van a tener los elementos suficientes para ir cerrando las encuestas y la preferencia electoral".
Sus detractores señalan que Peña Nieto es un hombre con dificultades para improvisar. Llegó al debate con algunos episodios a cuestas como cuando se enredó al hablar sobre los libros que más lo habían marcado o desconoció el precio de la tortilla, un producto básico de la dieta de muchos mexicanos.
ACUSACIONES
Peña Nieto fue acusado por sus rivales de mentir sobre su desempeño como mandatario del populoso Estado de México (2005-2011), ser protegido de las televisoras y tener vínculos con figuras del PRI vistas como corruptas, entre ellas su antecesor en el gobierno estatal Arturo Montiel.
El candidato del PRI refutó una y otra vez los ataques y en un momento incluso sugirió que Vázquez Mota y López Obrador se habían puesto de acuerdo. "Vienen con la navaja muy afilada", les dijo, aunque el izquierdista rechazó ayer una estrategia común con la oficialista.
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