El embajador de EEUU en Libia, Christopher Stevens, y otros tres ciudadanos de ese país murieron tras el ataque al consulado estadounidense en la ciudad de Bengasi, en el este del país, confirmó el presidente Barack Obama en un comunicado oficial.
Horas después, el Mandatario condenó los linchamientos por una turba islamista ofendida por la difusión de un tráiler de la película La inocencia de los musulmanes que distorsiona la venerada imagen del profeta Mahoma. “No se equivoquen: se hará justicia”, dijo el Mandatario. Además, EEUU anunció el envío de un contingente extra de 50 infantes de marina, los “marines”, para proteger a sus diplomáticos en la capital de Libia.
“La Marina enviará un equipo FAST (Equipo Antiterrorista de Seguridad o Flota del Equipo de Seguridad Antiterrorista) a Libia”, declaró ayer un alto responsable del Pentágono.
La cadena de televisión CNN confirmó que los marines partieron hacia Libia para reforzar la seguridad en las instalaciones diplomáticas estadounidenses.
El presidente Obama aprovechó la ocasión para criticar la película financiada por el promotor inmobiliario estadounidense de origen israelí Sam Basile que desencadenó la polémica.
“Rechazamos todas las actitudes para denigrar las creencias religiosas de los demás”, dijo, antes de matizar que, por muy insultante que sea el filme, “no hay absolutamente ninguna justificación para este tipo de violencia. Ninguna”.
Extremistas islámicos
En tanto, el Gobierno libio responsabilizó a las milicias radicales islamistas Ansar Al Sharia (Partidarios de la Sharia) del ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi.
Estas milicias son un grupo radical afín a la red terrorista Al Qaeda que, el pasado marzo, declaró la instauración de un “emirato islámico” en Yemen.
Según explica el periódico The New York Times, el ataque fue planeado con antelación y las protestas contra el video que caricaturiza al islam son, por tanto, “una simple y conveniente distracción para las masas”. Pero, se desconoce, según esta postura, si los atacantes instigaron las manifestaciones o simplemente se aprovecharon para llevar a cabo el ataque en el que, además del embajador, Chris Stevens, también murieron tres estadounidenses, entre ellos Sean Smith, funcionario de la embajada. “Así, el objetivo del ataque no era Stevens, sino el edificio del consulado”, apunta CNN por medio de su corresponsal José Levy.
“A pesar de la confusión sobre el incidente, se sabe que el embajador no prestó resistencia y fue golpeado por decenas de personas seguramente hasta su muerte”, explicó Levy.
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