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lunes, 8 de agosto de 2011

Popularidad de Piñera toca fondo

Los mineros de Atacama conmemoraron ayer el primer aniversario del derrumbe que dejó a los 33 sepultados 70 días bajo tierra con dos actos que, lejos del clima de unidad que se vivió durante su rescate, estuvieron marcados por las protestas contra el presidente, Sebastián Piñera.

El mandatario, acompañado de su mujer, Cecilia Morel, participó en la ceremonia ecuménica que se celebró al aire libre en el Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria de Copiapó. El apoyo al mandatario, actualmente se ubica en 26 por ciento, con un rechazo del 53 por ciento.

Presiones a su gestión. El presidente, que durante el rescate alcanzó también sus mejores niveles de popularidad, llegó a este primer aniversario con la aprobación más baja de un mandatario en 21 años de democracia y afectado por las crecientes movilizaciones sociales, en especial de estudiantes.

Los jóvenes, que comenzaron a mediados de mayo a exigir mayor calidad y la gratuidad en la educación pública, desafiaron ayer una prohibición gubernamental de manifestarse en el centro de Santiago y llevaron a cabo protestas que dejaron 874 detenidos en todo el país.

Esas protestas irrumpieron también ayer el acto ecuménico, cuando una mujer que dijo ser profesora gritó lemas a favor de la educación pública, y otro hombre, al parecer periodista, protestó contra la instalación en la región de una termoeléctrica, por considerarla altamente contaminante.

Al finalizar la ceremonia decenas de personas increparon a Piñera mientras se producían forcejeos entre algunos manifestantes y carabineros, en los que se vio incluso envuelto un diputado, el opositor Alberto Robles, y cinco personas fueron detenidas.

El mandatario pide unidad. En un pequeño patio del museo, con apenas un centenar de personas, Piñera animó a los ciudadanos a "revivir el espíritu" de unidad que generó el rescate de los mineros y pidió a los estudiantes terminar con las protestas, que estallaron a mediados de mayo.

"Los tiempos de las protestas, de los paros, de las tomas, de la violencia, ya pasaron", declaró el mandatario, con los mineros sentados a sus espaldas, y en su primera comparecencia tras la violenta jornada de manifestaciones del jueves. Mientras el presidente hablaba se podían escuchar los gritos de decenas de estudiantes que, en la calle aledaña, se enfrentaron con Carabineros, en unos incidentes que terminaron con siete personas detenidas y con un clima de crispación que hace difícil recordar la comunión.

Ahogado por las presiones

El mandatario chileno viene atravesando por una serie de presiones sociales que lo han puesto contra las cuerdas.

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