El 80% de la sociedad apoya la demanda de una educación gratuita y de calidad.
Los estudiantes universitarios de Chile rechazaron la invitación conjunta del Senado y la Cámara de Diputados a dialogar, y convocaron a nuevas movilizaciones contra el Gobierno del presidente Sebastián Piñera para cambiar el modelo educativo, mientras los alumnos de secundaria se abrieron a esta posibilidad si se consideran sus peticiones, aunque afirman que seguirá la protesta.
Con decenas de miles de jóvenes en riesgo de perder el año escolar y presiones para negociar, los estudiantes resolvieron manifestarse en las calles. Sus profesores se plegaron y subió la temperatura del conflicto.
Dos meses. Más de dos meses de movilizaciones de estudiantes y profesores, con paros, marchas, caceroladas, huelgas de hambre y cientos de formas de protestar, consiguieron que cerca del 80 por ciento de los chilenos comparta, según los sondeos, sus demandas de que el Estado se haga cargo de la educación y que ésta sea de calidad y gratuita. Los padres se sumaron a la iniciativa de sus hijos, pero el Estado carece de canales para que esta mayoría social realice los cambios.
Desconfianza. Los jóvenes que se movilizan desconfían de los políticos, aunque varios de los principales dirigentes estudiantiles son comunistas. Un sociólogo comparó estas movilizaciones con la de mayo del 68 en París, por el componente cultural y de valores de las demandas y la incapacidad de las instituciones para procesarlas.
La Moneda tuvo una conducta errática, descolocada, sin resolver entre el diálogo y la represión para abordar el conflicto.
La frase
“Estamos dispuestos a ir al diálogo con el Parlamento, pero no sobre las propuestas del Gobierno”.
Freddy Fuentes / REPRESENTANTE DE LOS ESTUDIANTES
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