Los dos últimos pueblos indígenas aislados de Ecuador están amenazados por las operaciones en el campo de petróleo Armadillo, situado en una zona de gran biodiversidad y cuya licitación ha
originado desavenencias en el seno del Gobierno. Se trata de los Tagaeri y los Taromenane, dos pueblos aborígenes protegidos por la Constitución que prohibe la actividad extractiva en sus territorios.
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