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sábado, 10 de septiembre de 2011

Miles de egipcios muestran su descontento ante el rumbo de la transición

La plaza cairota de Tahrir volvió a convertirse hoy en el centro del descontento egipcio, esta vez con miles de personas insatisfechas por el rumbo que está tomando la transición en el país y el papel que desempeñan las Fuerzas Armadas.

"¿Dónde se fue la revolución?" o "Mariscal, ¿dónde está el cambio?" fueron algunas de las consignas que se escucharon hoy, viernes, en el centro de la capital, donde fueron congregándose cada vez más personas conforme terminaba la oración y disminuía el calor.

Movimientos de jóvenes activistas y partidos ligados a corrientes liberales, laicas, nacionalistas y de izquierda organizaron la masiva manifestación, que no contó, sin embargo, con la participación de los Hermanos Musulmanes ni de los salafistas.

Con una pegatina amarilla para exigir el fin de los juicios militares a civiles, uno de los principales reclamos de la marcha, el joven Hosam Mustafa mostró su temor porque la revolución iniciada el pasado 25 de enero no dé sus frutos y suponga finalmente un retroceso.

"En siete meses no hemos visto ningún cambio. Queremos un juicio justo para el expresidente Hosni Mubarak y que los civiles no sean tratados como criminales", enfatizó Mustafa, que recordó que unos 12.000 egipcios han pasado por la Justicia militar en los últimos seis meses.

Bajo el lema "La corrección del trayecto", la protesta terminó siendo sobre todo un toque de atención al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, en el poder desde la caída de Mubarak en febrero pasado.

Mientras algunas personas calificaban a gritos a la máxima autoridad castrense, el mariscal Husein Tantawi, con un "amante" de Mubarak, otras mostraban pancartas en las que podía leerse: "Si el Ejército está arriba, Dios está por encima".

No faltaron tampoco viñetas contra Mubarak y sus hombres de confianza.

El portavoz del Movimiento 6 de Abril, Ramy al Sewisy, subrayó a Efe la necesidad de que las autoridades militares traspasen el poder a los civiles y fijen un cronograma para llevar a cabo las reformas pendientes.

Citó como ejemplos la limpieza de todas las instituciones del Estado de los miembros del antiguo régimen o la organización de unas ansiadas elecciones legislativas y presidenciales.

En la plaza, que amaneció libre de policías después de un mes desplegadas para evitar las acampadas de manifestantes, se respiraba un clima de insatisfacción y hasta rabia entre los asistentes.

"Cometimos el error de dejar las calles el 12 de febrero", admitió Loai Omran, quien criticó los avisos de las fuerzas del orden dejando en manos de los manifestantes la responsabilidad de cualquier disturbio.

Entre los manifestantes había seguidores de los clubes Al Ahly, Zamalek e Ismaili, que acudieron para protestar por los choques ocurridos esta semana entre la policía y los hinchas tras un partido.

Varios aficionados partieron hacia la sede del Ministerio del Interior mientras que otros de manifestantes se dirigieron a la Corte Suprema de Justicia.

Los momentos de mayor tensión se vivieron cuando llegaron a la Embajada de Israel en El Cairo y empezaron a derribar el muro que se había empezado a levantar para contener las últimas protestas.

Y es que la muerte de cinco soldados el pasado agosto por parte de la aviación israelí en la frontera del Sinaí sigue levantando ampollas en Egipto.

Ciudades como Alejandría, Luxor o Suez se sumaron a la convocatoria de hoy mientras en El Cairo algunos presentes que no quisieron dar su nombre apuntaron que la manifestación no había sido tan multitudinaria como la que organizaron los islamistas a finales de julio, aunque la mayoría coincidió en que era una marcha necesaria.

"Sin este tipo de manifestaciones, la revolución no será completa", justificó Hagar Sanir, una de las participantes, para quien "Egipto está abierto a todo tipo de partidos e ideologías".

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