El ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn quedó este miércoles en libertad sin cargos tras permanecer detenido más de 30 horas por su presunta relación con una red de proxenetismo. Sin embargo, el político francés deberá volver a declarar ante los jueces en los próximos días.
El ex jefe del FMI está siendo investigado en la localidad francesa de Lillepor complicidad con un red de proxenetismo y abuso de bienes sociales, dentro del caso del Hotel Carlton.
DSK fue interrogado sobre su participación en fiestas libertinas celebradas en París, Washington y otras ciudades organizadas por una trama de empresarios relacionados con la propiedad del mencionado hotel y con un red de prostitución con ramificaciones en el norte deFrancia y Bélgica.
Los investigadores quieren dilucidar si el economista tenía conocimiento de que las mujeres que participaban en esas fiestas eran prostitutas. Por eso Strauss-Kahn, de 62 años, deberá volver a declarar en los próximos días ante el juez, que determinará si hay indicios para procesarle por complicidad en proxenetismo y desvío de fondos, delitos castigados hasta con 20 años de prisión.
Noche en el calabozo
El ex responsable del FMI llegó a primera hora de la mañana del martes a la Gendarmería de la ciudad de Lille, en el norte de Francia, donde pasó la noche en un calabozo.
DSK niega haber estado al corriente de que las mujeres que participaban en sus correrías sexuales eran prostitutas. "Cuando alguien te presenta a una amiga no preguntas si se trata de una prostituta", aseguró el ex director del FMI en su biografía. Sin embargo, según publica la revista ´Le Point´, los investigadores han reunido testimonios de algunas prostitutas que dudan de que Strauss-Kahn desconociera el carácter profesional de su actividad.
El semanario afirma que una de las mujeres interrogadas aseguró a los investigadores que Strauss-Kahn intervino directamente para obtenerle un visado, lo que puede relacionarle directamente con la organización y, por consiguiente, con el proxenetismo. Aquellas fiestas, que tuvieron lugar en París, Lille, Bruselas y Washington, sede del FMI, eran organizadas y pagadas por dos empresarios del norte de Francia, que cargaban los gastos a sus sociedades.
Los investigadores tratan de determinar también si Strauss-Kahn sabía que eran ellos quien pagaban, lo cual puede relacionarle con un delito de desvío de fondos. El ex responsable del FMI también niega este extremo, al igual que los organizadores de las fiestas. "Cuando te invitan a una fiesta, no pides factura para verificar si es tu amigo o la empresa la que paga".
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