Los responsables de Finanzas de los países del G7 iniciaron hoy en Marsella (Francia) una reunión informal de dos días que debe servir para poner fin a las divisiones sobre cómo abordar la crisis y ofrecer un mensaje común de confianza en un contexto de creciente inquietud por la evolución económica.
Los ministros de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido fueron llegando hasta poco antes de las 16.00 hora local (14.00 GMT) al Palacio del Faro, en uno de los extremos del puerto histórico de Marsella, donde les había ido recibiendo su anfitrión francés, François Baroin, cuyo país preside este año el G7.
Junto a ellos estaban los gobernadores de los bancos centrales -incluido el del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet-, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y los máximos responsables del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; del Banco Mundial, Robert Zoellick, y del Consejo de Estabilidad Financiera, Mario Draghi, futuro presidente del BCE.
Esta cita se produce al término de una semana en que han repuntado de nuevo las turbulencias en los mercados financieros, sobre todo por la inquietud ante el debilitamiento de la recuperación económica y por las dudas sobre el salvamento de Grecia, que ponen la presión sobre toda la zona euro.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, insistió antes del comienzo en que los europeos "deben hacer todo lo posible" para restablecer la confianza y hacer frente a la "enorme presión" que sigue pesando sobre ellos.
En una entrevista a la televisión, Geithner señaló que Europa tiene que asegurar la puesta en marcha de las reformas y aseguró que Estados Unidos tiene interés en que la zona euro salga adelante.
Dentro del debate en el interior del Eurogrupo, Baroin no quiso especular sobre la posibilidad de que Grecia sea incapaz de afrontar los pagos de su deuda y reiteró su postura de que, si ese país "quiere beneficiarse de la solidaridad europea, tiene que tener conciencia de que esa ayuda está condicionada a la aplicación estricta del programa definido".
El encuentro, en el que está prevista una breve interrupción para la foto de familia, debe continuar con una cena de trabajo, tras la cual comparecerá en conferencia de prensa Baroin en nombre de la presidencia hacia las 21.45 hora local (19.45 GMT), y probablemente también otras delegaciones.
Antes de empezar, el ministro francés había prevenido de que no habrá comunicado final, una forma de evitar decepciones y falsas expectativas para el caso de que el consenso sea de mínimos.
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