Las fuerzas insurgentes, con apoyo de la OTAN, se disponen a entrar a esos bastiones gadafistas. En Bani Walid permanece una de las tropas más fuertes de Libia.
Tribus y efectivos militares leales a Muamar Gadafi mantuvieron la disposición de defender las ciudades de Bani Walid y Sirte, tras rechazar el ultimátum y amenazas de ataques de fuerzas rebeldes y de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).
El jefe negociador del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT), Abdulah Kenshil, reconoció que los líderes tribales de Bani Walid, a unos 150 kilómetros al sureste de Trípoli, rehusaron pactar una rendición y se mostraron resueltos a enfrentar el asalto.
Una situación similar ocurrió desde el fin de semana en Sirte, ciudad natal de Gadafi, y en torno a la cual los sublevados reforzaron su presencia apoyados por bombardeos indiscriminados de la OTAN.
En Bani Walid se halla la tribu Warfalla que es parte sustancial de las fuerzas armadas libias y muchos de sus integrantes tenían puestos clave en el Gobierno.
Por otro lado, los insurgentes ultimaron a rendirse a los progadafistas de Sirte, donde testimonios de civiles aseguraron que las tropas libias salieron de allí y se parapetaron con todo su armamento en las montañas aledañas, lo que presagia una fiera y prolongada resistencia.
CNT no se muda a Trípoli
El Consejo Nacional de Transición dijo que trasladará su sede de Bengasi a Trípoli después de la liberación de todo el territorio.
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