Libia padece una escasez crítica de agua potable, alimentos, combustibles y medicamentos después de la guerra civil de seis meses entre los insurgentes y las fuerzas del régimen de Moammar Jaddafi, alertó el coordinador humanitario de la ONU.
La lucha ha cesado en muchas zonas, incluso la capital Trípoli, desde que los rebeldes entraron la semana pasada, poniendo fin efectivamente al régimen de Jaddafi, pero también ha interrumpido las líneas de suministro y ha dañado la infraestructura.
Desde entonces, más de media docena de agencias de las Naciones Unidas han regresado a Trípoli para evaluar las necesidades humanitarias del país, dijo el coordinador de asuntos humanitarios de la ONU para Libia, Panos Moumtzis.
Añadió que el organismo internacional llevó al país 11 millones de botellas de agua y llevará 600 toneladas de alimentos y 100 millones de euros (142 millones de dólares) en medicamentos.
Sin embargo, Panos considera que la ayuda de la ONU es algo temporal y espera que el país rico en petróleo pueda financiar su propia recuperación a partir de 2012.
"Este país tiene muchos recursos y consideramos sus necesidades humanitarias como de corto plazo. No preveo que el programa humanitario se extienda más allá de fines de año como máximo", afirmó.
Aunque las fuerzas rebeldes han tomado control de casi todo el país, todavía tienen que capturar a Jaddafi y a miembros de su familia. Mientras tanto, sus fuerzas han avanzado sobre los últimos focos leales al régimen.
En una grabación desde su escondite, el líder libio advirtió el jueves por la noche que las tribus leales estaban armadas y preparadas para dar batalla, en una muestra de desafío horas después que los rebeldes prolongaron un plazo para la rendición de la ciudad natal de Jaddafi, Sirte.
Los comandantes rebeldes han estado negociando con líderes tribales en Sirte para tratar de evitar un derramamiento de sangre. El jueves anunciaron que habían extendido el plazo de las negociaciones por otra semana, a partir del sábado.
"Queremos salvar a nuestros combatientes y no perder uno solo en batallas con las fuerzas de Jaddafi", señaló Mohamed al-Rajali, un vocero de los rebeldes en la ciudad de Benghazi.
"A la larga controlaremos Sirte aunque tengamos que cortar el suministro de agua y electricidad" y dejar que la OTAN la ataque desde el aire, agregó.
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