El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, intentó ayer calmar los ánimos después de que se difundiera el audio de una escucha telefónica en el que el jefe de Gobierno calificaba hace poco a Italia como un "país de mierda".
"Es una de esas cosas que se dicen por teléfono en la noche, tarde, en un momento de relajación y con una sonrisa", citaron medios italianos al primer ministro desde París.
"En unos meses me voy, dejo este país de mierda que me da náuseas, punto final", fue la fuerte frase del premier en una conversación del 13 de julio con Valter Lavitola, jefe de un diario online.
"Soy muy transparente, muy limpio en mis cosas (...). Pueden decir que fornico por ahí, es lo único que pueden decir de mí", manifestó Berlusconi en la conversación telefónica de julio, según los documentos citados.
Según las informaciones en Italia, Berlusconi tildó las escuchas como un "asalto" y algo "intolerable".
"Me quedo para cambiar este país", señaló el primer ministro y agregó que busca desde hace tiempo vías legales para acabar con la práctica habitual de realizar escuchas telefónicas en el marco de investigaciones.
Marinella Brambilla, histórica secretaria personal del primer ministro Berlusconi, fue interrogada ayer por los fiscales de Nápoles que investigan un caso de supuesto chantaje al mandatario, informan los medios de comunicación.
A raíz de estas investigaciones, el jueves fueron detenidos el empresario Giampaolo Tarantini y su esposa Angela Vevenuto por supuesto chantaje a Berlusconi con motivo de sus fiestas privadas con chicas, algunas de ellas prostitutas.
Brambilla fue interrogada al considerarse que conocía los hechos, pues según las investigaciones de los fiscales Francesco Curcio, Henry John Woodcock y Vincenzo Piscitelli, la secretaria entregaba dinero de parte de Berlusconi al intermediario Valter Lavitola, sobre quien también pesa una orden de busca y captura, para que se lo hiciera llegar a Tarantini.
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