Camila Vallejo ha hecho de su liderazgo, carisma y de las redes sociales sus mejores vehículos para encabezar el movimiento estudiantil chileno que pide al Gobierno del presidente Sebastián Piñera una reforma al conservador sistema educativo “heredado de la dictadura de Pinochet”.
“Lo que nos propone Piñera es simplemente vergonzoso. Es más de lo mismo, pero con unos pesos de más. No lo aceptamos. La movilización continúa”. Esta declaración de la semana pasada refleja el temple y decisión de la presidenta de la F ederación de Estudiantes de Chile (FECH). Pese a su juventud y poca experiencia, Camila no titubea nunca.
El rostro emblemático
Camila Vallejo Dowling tiene 22 años y es egresada de Geografía “con una tesis en espera” para su titulación. El año pasado ganó las elecciones internas en la Universidad de Chile y se transformó en la segunda mujer en la historia que preside la federación de estudiantes más importante e influyente del país.
En ese rol se destacó como impulsora y líder del movimiento que el pasado 30 de junio tuvo a más de 80 mil personas en la Alameda de Santiago, según datos de la Intendencia Metropolitana, y a unas 200 mil, según los organizadores, que se sumaron a otros 200 mil en el resto de las ciudades del país.
Entre las principales demandas de los estudiantes está el fin del sistema municipalizado de la educación básica y media, que permite que los gobiernos de las ciudades se hagan cargo de los establecimientos gratuitos y reciban aportes del Estado según la cantidad de alumnos y el cumplimiento de la ley que prohíbe el lucro en las universidades, apunta BBC.
Militante del Partido Comunista, a Camila Vallejo la acusaron de estar manejada por esta colectividad de izquierda o de radicalizar las posturas con afanes políticos, lo que a su juicio es sólo un intento por desacreditar las movilizaciones populares.
Tras su irrupción como dirigente estudiantil hay quienes creen que Vallejo cumple con requisitos para lograr avanzar en el escenario político: haber presidido la FECH y contar con un carisma especial que le permitiría liderar a un segmento juvenil que cada vez hace sentir más sus posturas sociales.
“Creo que se está convirtiendo en una figura femenina potente y en una líder con contenido ideológico, y si ella persiste en eso probablemente se va a consolidar como un referente importante dentro del comunismo chileno, ya alejado de las visiones ortodoxas”, señaló el politólogo Guillermo Holzmann.
Una plataforma de Facebook la ha convertido en “presidenciable”. Quizás algo exagerado, aunque de momento es evidente que su liderazgo desafía el poder de Piñera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario