Johnson, de 47 años, experiodista convertido en político conocido por su pelo desgreñado rubio platino, su sentido del humor y sus meteduras de pata, logró su segundo mandato al imponerse con un 51,53% de los votos, contra 48,47% para su principal rival.
La victoria de Johnson es un consuelo para el primer ministro David Cameron, que sufrió un severo revés en los comicios, perdiendo 12 consejos municipales y un poco más de 400 concejales en todo el país tras varias semanas difíciles para la coalición gubernamental que culminaron con la entrada de la economía británica oficialmente en recesión.
El duelo entre Johnson y Livingstone, conocidos en todo el país, relegó a un segundo plano a los otros aspirantes a dirigir la capital financiera de Europa, entre ellos el uruguayo nacionalizado británico Carlos Cortiglia, que se presentaba por el minoritario partido de extrema derecha British National Party (BNP).
Cortiglia fue el menos votado de los siete candidatos, al recabar sólo el 1,3% de los votos, un resultado conforme a lo que le auguraban los sondeos.
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